viernes, 23 de enero de 2015

Un bocadillo de queso emmental. La sonda espacial Rosetta.


Llego a la estación de Murcia sobre las cinco menos cuarto procedente de Totana, en cuyo andén, mientras esperaba el tren, me había comido un bocata de queso emmental. Desde allí me traslado a Santo Ángel y paseo a Boby mientras Concha regresa a Murcia otra vez. Hace una tarde fría, soleada y con viento de puro invierno. Luego me tomo una mazana y un yogur. Y me dan las seis.  





Mientras iba en el tren muy de mañana leí en el periódico una noticia sobre la sonda espacial  Rosetta, la que ha conseguido acercarse al cometa 67P Churiumov-Guerasimenko. Éste vuela a 20 Km por segundo acercándose al sol. Tiene 4 km de largo y pesa 10.000 millones de toneladas, aunque los nuevos datos que manda la nave Rosetta indican que tiene menos densidad que el corcho y flotaría en el mar como un iceberg. El ingenio espacial ha tardado unos diez años en llegar al cuerpo celeste. El lanzamiento desde la Tierra se produjo en marzo de 2004. Ha recorrido desde entonces 6.400 millones de kilómetros.

Rosetta ha dejado caer sobre el cometa un módulo de aterrizaje llamada Philae. Este Philae manda información muy valiosa sobre la composición del cuerpo celeste objeto de estudio. El problema es que sus baterías se recargan con la luz solar y ha quedado en una zona de sombra. Ahora está "dormida". Los científicos esperan que se reactive conforme se acerque al sol.

La sonda Rosetta tiene un instrumento llamado Osiris que ha mandado más de 15.000 imágenes del cometa. Hay allí extensiones de polvo con dunas. Hay también un acantilado de 900 metros de altura. Pero como la gravedad es tan pequeña una persona podría lanzarse desde lo alto y sobrevivir.
   Es la Agencia Europea del Espacio (ESA) la responsable de este proyecto.

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