viernes, 31 de julio de 2015

Los viejos y sabios libros de la Colección Austral

  Muchos de nuestra generación pasamos del Capitán Trueno a la literatura gracias a los libros de la vieja Colección Austral. Yo los descubrí en mi adolescencia, en los primeros años 70, en una librería llamada Biblión, en la calle Pascual, a espaldas de la Plaza de las Flores de Murcia. En ese establecimiento trabajaba un joven dependiente llamado Diego Marín (¿Os suena de algo? Para los que no sean de la zona hay que decir que hoy en día es el propietario de un imperio bibliográfico sustentado por varias librerías de inmensos fondos y de variadas especializaciones).
 Pues bien, sirva este post como homenaje a esa colección de libros, ciertamente de amplísimo espectro, que abarcaba una cantidad enorme de autores clásicos.














domingo, 19 de julio de 2015

Chrétien de Troyes: "Lancelot, el Caballero de la Carreta"

 

 PARA CONOCER  de primera mano lo que era el amor cortés de la época vale la pena leer a Chrétien de Troyes, autor del siglo XII. Sobre todo su obra, entre otras, "Lancelot, el Caballero de la Carreta".  En ella se puede captar toda la exaltación que se produjo en torno a ese movimiento procedente de la Provenza.  Hablamos de una época en que el sentimiento amoroso era divergente con respecto a la institución del matrimonio. Había una cierta transgresión en cantar a ese tipo de pasión, que en la mayoría de los casos era ilícita. Pues bien, el auténtico amor se traslada extramuros  del matrimonio y no reparará en ningún tipo de barrera  que lo contraríe. Concretamente en este libro el título ya es una declaración de intenciones. El mayor oprobio a que se podía someter a una persona en ese tiempo era darle un paseo en una carreta a la vista del pueblo para pregonarlo como ladrón, asesino, como persona deshonrada. En esta obra, Lancelot, consentirá en subirse a la carreta, perder su honor, su rango de caballero, convertirse en un paria, todo por el amor a su dama, la reina Ginebra...

  A continuación viene la transcripción de algunos fragmentos originales de la obra. Los libros de Chrétien de Troyes eran como novelas  escritas en verso.

(...) Et trouvent en lieu moult bel
Un môutier, et prés le chancel
Un cimetière de murs clos.
Ne fit que vilain ni que fol
Le chevalier, qui au moûtier
Entra à piedpour Dieu prier,
Et la demoiselle lui tint
Son cheval tant qu'il ne revint.
Quand il eut faite sa prière
Et il s'en revenait arrière
Il lui vient un moine fort vieux
A l'encontre devant ses yeux.
Quand il le recontre, il le prie
Moult doucement quë il lui die
Ce que c'était, qu'il ne savait;
Et cil répond qu'il y avait
Un cimetière. Et cillui dit:
"Menez m' y, que Dieuvous aït.
-Volontiers, Sire, fait le moine."
Le chevalier, après le moine-,
Entre et voit les plus belles tombes
Qu' on put trouver jusque aux Dombes
Ou de là jusqu'à  Pampelune;
Et avaient lettres sur chacune
Qui les noms de ceux divisaient
Qui dedans les tombes gïraient.
Et lui même, titre aprés titre
Commença les lettres à lire, 
Et trouva: "Ci gira gauvain 
Ici Louis, et ci Yvain."
Après ces trois y a maints lus 
Des mons de chevaliers élus 
Les plus prisé et les meilleurs 
Et de cette terre et d'ailleurs. 
Entre les autres une il en trouve 
de marbre, qui semble être neuve
Sur toutes autres riche et belle. 
Le chevalier le moine appelle 
Et dit: "Ces tombes qui ci sont 
De quoi servent" Et cil répond: 
"Ja vous avez les lettres vues: 
Si vous les avez entendues, 
Vous savez ce qu'elles vous dient 
Et que les tombes signifient." 
- Et cette grande-là me dites 
De quoi sert-elle?. Et l'ermite 
Répond:"Vous en diraiz assez. 
C'est un vaisseau qui a passé 
Tous ceux qui oncques furent faits; 
Si riche ni si bien portrait
Ne vit oncques ni moi ni nul." (...)

martes, 14 de julio de 2015

Javier Krahe, un cantante de inmensas minorías

   
Javier Krahe ha sido un cantautor de inmensas minorías. Sus letras son, a mi entender, las de mayor carga intelectual de cuantas ha generado en España el inmenso repertorio de la canción de autor. Su dominio del idioma, junto con el manejo de un humor agudo y frío le proporcionaban herramientas suficientes para realizar composiciones dotadas de un nivel muy cercano al de los clásicos.

  A veces sus temas parecían auténticos retos lingüísticos. Así, en “Las Antípodas”resuelve todo un  “sudoku” gramatical basando todo el lenguaje de la canción en el uso de las esdrújulas. Y a pesar de tal ejercicio, en ningún momento parece forzada la composición ni pierde su naturalidad. Es más, constituye una magistral crítica social.

   El contraste que se provoca al aplicar un dominio tan culto del vocabulario para describir escenas propias de una película de "Torrente" produce efectos desternillantes, como cuando describe al  libidinoso anciano "Don Andrés octogenario" : "...en plena senectud y Andrés erre que erre...". Y cómo reprimir la carcajada cuando contemplamos a un individuo dotado de una flema británica a prueba de bomba que intenta contrarrestar  el "burdo rumor" propagado sobre el vergonzante tamaño de sus atributos viriles realizando una encuesta entre las damas que compartieron con él su intimidad, encuesta a la que responde incluso su propia mujer afirmando (agárrate que viene curva...) que  

   "...aunque prefiero
   como tú ya sabes, la del jardinero,
   por si te interesa pon que estáis a la par
   solo que la suya es mucho menos familiar..." .

 Por otra parte, en mi opinión, el mejor alegato que se ha hecho en una canción contra la pena de muerte aparece en "La Hoguera". Aquí, Krahe va detallando una lista pormenorizada  de penas capitales, acompañadas de descripciones y alabanzas, hasta llegar a la conclusión de que prefiere definitivamente la hoguera:

          "...la hoguera tiene un no sé qué
          que sólo lo tiene la hoguera..." 

  Es humor negro y corrosivo de muchos quilates.
  Esta es una pequeñísima muestra de los muchos lances e ideas que han ido poblando su universo.

 Y nadie como él se ha aproximado con tanta fidelidad al espíritu de Brassens a la hora de traducirlo. No ha reparado en usar de una total libertad en la elección de los vocablos, sacrificando la absoluta literalidad  que encorsetaría la esencia de la obra, para acercarse prodigiosamente al espíritu del maestro francés. Y es que hay que convenir en que Krahe es el más brasseniano de nuestros cantautores.

 Se ha ido, sí, pero nos deja el legado de su obra construida a base de humor e inteligencia. Menudo cóctel... 

martes, 7 de julio de 2015

Leonor de Aquitania


Leonor de Aquitania fue la esposa de Enrique II Plantagenet. Y sus hijos fueron, entre otros, Ricardo Corazón de León y Juan Sin Tierra. Es muy curioso ver cómo se enreda la historia. Esta mujer había estado desposada antes con un jovencísimo Luis VII rey de Francia, dando lugar a un matrimonio que fue anulado posteriormente. Luego, al casarse con Enrique II se convierte en reina consorte de Inglaterra. Los Plantagenet acceden al trono de la isla al entroncar con la rama normanda descendiente de Guillermo El Conquistador (o El Bastardo según quienes no eran precisamente de su cuerda) que ostentaba la corona inglesa desde la batalla de Hosting, con la invasión de Inglaterra y la derrota de los sajones. Al final se da el hecho paradójico de que los Plantagenet acceden a unas posesiones enormes en Francia (El Ducado de Normandía, Aquitania -territorio aportado por Leonor- y las inmensas propiedades de la casa de Anjou) lo que les convierte en poderosos vasallos del rey de Francia, aunque pares suyos debido a la corona de Inglaterra. Sus intereses realmente estaban en el Continente y de hecho visitaban poco Inglaterra. Esto es lo que los historiadores actuales llaman Imperio Angevino. Tal acumulación de territorios originaría con el tiempo un conflicto con Francia que derivó en la Guerra de los Cien Años..
Estuvo Leonor en la Segunda Cruzada siendo esposa de Luis VII de Francia. Allí intimó con su tío Raimundo, a la sazón gobernador de Antioquía. Al margen de los extremos a que llegara esta intimidad, tal situación despertó el demonio de los celos en su esposo y abonó la leyenda que la acompañó desde de entonces de dama disoluta y con una capacidad de seducción fuera de lo común. La historiografía medieval hablaba de ella como de una libertina y una mujer sin freno moral (Georges Duby). Al final, la consecuencia de todo esto fue que Leonor, alegando consanguineidad, pidió la anulación de su matrimonio. En realidad, se precipitaba algo que ya estaba latente desde los comienzos de su unión con Luis VII. Más tarde se casaría con el heredero a la corona inglesa Enrique Plantagenet, diez años, por cierto, menor que ella.
Leonor de Aquitania tuvo una relación muy tormentosa con este su segundo marido, (que sería rey de Inglaterra con el nombre de Enrique II ), quien la llegó a tener encarcelada durante bastante tiempo tras acusarla de traición. No alcanzaría la libertad hasta la muerte del monarca Plantagenet, con la consiguiente ascensión al trono inglés de su amado hijo Ricardo, el popular Ricardo Corazón de León. Posteriormente, tras la partida de éste último a Palestina para participar en la Tercera Cruzada, fue Leonor quien llenó el vacío de poder originado por esta marcha. 
Y al regreso de Tierra Santa, Ricardo, ya en el continente europeo, fue apresado por el emperador alemán que así se resarcía de antiguos agravios sufridos durante la Cruzada. El rescate pedido para su liberación fue extraordinariamente oneroso. Además había no pocos personajes interesados en que la prisión de Ricardo fuera lo más duradera posible, entre ellos su propio hermano, el llamado Juan Sin Tierra. Fue Leonor la que tuvo que luchar para reunir la cuantiosa suma del rescate y conseguir aliados para la causa de la liberación de su hijo.
Mujer de una personalidad tremenda, promovió las llamadas "Cortes de amor" en Poitiers. Era la época en que estaba en boga la visión procedente de la Provenza del "amor cortés". Protectora de trovadores, independiente y avanzada para su momento histórico, hay que reconocer que fue un personaje novelesco y muy enraizado en la cultura popular de su tiempo. Sus restos descansan en la abadía de Fontevraud. junto a los de su esposo Enrique II y su hijo Ricardo I.

(Texto: © Mariano López A. Abellán)

(Imagen: Boda de Leonor de Aquitania y Luis VII).
(«Wedding Ela louis» de Desconocido - Grandes Chroniques de France. MS. Douce 217.. Disponible bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Wedding_Ela_louis.jpg#/media/File:Wedding_Ela_louis.jpg)

"Et in Arcadia ego". Nicolas Poussin




 Cuánta simbología encierra este cuadro... el descubrimiento de que la muerte está ahí, la pérdida de la inocencia, la nostalgia de la Arcadia perdida, el imaginar una Edad de Oro irreal para  huir de un presente que en algunas ocasiones difíciles no podemos asumir... La obra es de Nicolas Poussin  y se llama "ET IN ARCADIA EGO" (1637-1638). Se encuentra en el Museo del Louvre, en París. 

 Unos idealizados pastores de la Arcadia -utópica región en que se prolonga el mito de la Edad de Oro- descubren, turbados,  una tumba con la inscripción “Et in Arcadia ego...”. Esto significaría más o menos  "también yo en la Arcadia (estoy)" y se podría interpretar como “yo, la Muerte, reino incluso en la Arcadia”. 
 Hesíodo había descrito una serie de edades del hombre con distintas connotaciones y características. La primera de ellas, la Edad de Oro, era definida como un tiempo en que el ser humano vivía en armonía con una Naturaleza que se mostraba generosa con él. El individuo era puro e inmortal, vivía en un tiempo de Primavera perpetua en que no había trabajos, ni vejez, ni enfermedad, ni guerras...La ubérrima Naturaleza prodigaba los suficientes bienes como para que no hubiera conflictos ni disputas entre los hombres, entre los que reinaba la armonía y la paz...
  Bien, todo esto entronca con el mito del "Paraíso perdido". Tenemos la añoranza innata de un tiempo dorado cuya pérdida ocasionó  la definitiva ausencia de la felicidad y la constatación de la muerte como una realidad  que marcará nuestra  existencia para siempre.
 (Texto: © Mariano López A. Abellán)



"Ningún pintor respondió más intensamente a Roma como ciudad de la antigüedad que NICOLAS POUSSIN (1594-1665), un francés que se estableció allí en 1624 para el resto de su vida, con la excepción de un breve periodo de dieciocho meses en París. (...). La mente de Poussin estaba, como observó Reynolds, afincada en la antigüedad, y sus patrones eran tan serios como él. Pero había visitado Venecia y admirado mucho a Tiziano;(...). Para Poussin el mundo clásico tenia la misma validez que el cristiano; y su hábitat natural es el de Roma, donde los dos mundos se encuentran. Él los sintetiza en un plano moral en el que la ética es más importante que la religión."   (De Giotto a Cézanne. Michael Levey. Ediciones Destino)

El mes de julio en Murcia.




jueves, 2 de julio de 2015

Georges Brassens



 Este es el padre de los cantautores. Todos son deudores de él en mayor o menor medida.  De él dijo Gabriel García Márquez que era uno de los mejores poetas franceses del siglo XX.  (Es sabido que se puede ser un magnífico letrista de canciones y un mal poeta  y a la inversa).
 Sus arreglos musicales son minimalistas: su guitarra y el inseparable contrabajo de Pierre Nicolas. Por eso sus canciones a veces, si no estás muy acostumbrado a oírle,  pueden parecer algo monótonas. Pero probad a escuchar algún tema suyo orquestado. Son auténticas obras maestras. 
 Fue versionado en infinidad de ocasiones, en muchos idiomas y diferentes estilos.
 No era cantante de grandes giras. Cuando tenía material nuevo, o cuando lo creía oportuno,  reservaba el teatro Bobino de París y se encerraba allí durante una temporada ofreciendo sus recitales. 
 Este tema, “Les Copains d’abord” es un auténtico canto a la amistad.