miércoles, 24 de agosto de 2016

"Aristóteles contemplando el busto de Homero" (1653). Rembrandt



De Rembrandt - Desconocido, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=157799

 Es curioso cómo una estética  tan tenebrista, en la que apenas se distingue una tenue luz, da cuenta de dos cimas de las letras y la filosofía emergentes desde la intensa luminosidad mediterránea. 
Homero levanta el telón de la Literatura europea y propaga los mitos fundacionales de la Civilización Occidental. Estos mitos atraviesan los siglos y llegan hasta nuestros días. Inundan nuestra cultura, desde las artes plásticas, las escénicas y la música hasta llegar al psicoanálisis. 
 Aristóteles el Estagirita, nacido en Estagira (Macedonia) durante el siglo IV a. d. C., discípulo de Platón durante veinte años,  es otra cumbre determinante de la cultura clásica. Desarrolló una obra filosófica fundamental procesada en algunos aspectos por el cristianismo mediante la llamada vía tomista. Remite a otra  figura icónica de la historia griega y universal: Alejandro Magno. Fue su preceptor. 
 Es potente la simbología de este cuadro. Homero aparece representado por su busto, en una idea de antigüedad primigenia con respecto a Aristóteles, que lo contempla reflexivamente en la penumbra con  el aspecto de un burgués holandés. Aunque éste era un convencionalismo de la pintura de ese tiempo (actualizar las vestimentas de los personajes representados de acuerdo a la época de la ejecución de la obra), no deja de crear un cierto hilo conductor entre la arcaica Grecia y los tiempos de Rembrandt, asimiladas además ciertas vertientes del filósofo por el cristianismo gracias a la visión de Santo Tomás.
 Y sí, es paradójico que una obra con un tratamiento plástico que nos conduce directamente a la sombría Europa septentrional nos hable de los luminosos comienzos de la Civilización occidental tan ligados al sur de Europa.
 Yo por ejemplo, siempre asociaré Homero a una lectura en la siesta del verano de la Odisea, a la sombra de un pino en una cala mediterránea, tras un baño en una aguas muy azules, bajo un sol que lo incendiaba todo.

(Texto: © 2018-  Mariano López- Acosta)

Aristóteles contemplando el busto de Homero. Rembrandt, 1653
Óleo sobre lienzo  (143,5 cm × 136,5 cm).   Museo Metropolitano de Arte. Nueva York, 

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