viernes, 22 de septiembre de 2017

Llega el otoño...



 “Las ardillas hacen acopio de provisiones, las marmotas se entierran a dormir, los árboles sueltan las hojas y se disfrazan de leña seca y muerta, a la espera del renacimiento de la primavera. Nosotros también tomamos nuestras medidas. Cosemos vestimentas abrigadas, cortamos leña, ahumamos carne, hacemos salazones y compotas. Ahora mismo me encuentro en la cocina, al amor de la lumbre, fabricando velas en compañía de tres cátaras... Las religiosas rezan y yo pienso en silencio, mientras mis dedos calientan y derriten el sebo de carnero, cuelan la grasa para purificarla y sumergen una y otra vez la mecha, un tallo de carrizo o de junquillo, en el sebo licuado, añadiendo capa tras capa a medida que se va endureciendo.”
    “Historia del rey transparente.” ROSA MONTERO

Carril con álamos cerca de Nuenen . 1885. Vincent Van Gogh
óleo sobre lienzo . 78 x 98 cm. Rotterdam, Museo Boijmans Van Beuningen.

martes, 19 de septiembre de 2017

El Club Remo de Murcia. 1962.



 Hace unos meses, navegando por internet descubrí esta foto datada en 1962. Era el Club Remo, junto al río Segura, en el centro de Murcia. Cinco años tenía yo por esas fechas. De  pronto, al contemplar esta imagen,  todo un continente sumergido de la memoria, un yacimiento de tiempo, salió a la superficie. Empecé a recordar las mañanas del domingo en que me sentaba con mis padres en  esa terraza a la hora del aperitivo. También me venían imágenes de la gente practicando piragüismo, mi tío Guillermo entre otros. En fin, los recuerdos tiran de recuerdos y poco a poco me fui paseando  por mi lejana infancia.
 Al ver esta foto me di cuenta también de algunas otras  cosas. Que el planeta se va al carajo: esta maravilla de río que aparece en la imagen nunca volverá a ser lo que fue. De hecho ha estado agonizando durante muchos años. Las playas salvajes que conocí, ya domesticadas para siempre, jamás tendrán la grandeza que tenían cuando yo era un crío. En fin, todo esto es una batalla casi perdida y solo cabe defender con uñas y dientes  las últimas posiciones de esta guerra. 
  El Club Remo hace ya años que fue demolido.
 Por cierto, al ver esta imagen me vino a la memoria una antigua canción de Georges Moustaki que decía :

Il y avait un jardin
Georges Moustaki
  

C'est une chanson pour les enfants
Qui naissent et qui vivent entre l'acier
Et le bitume entre le béton et l'asphalte
Et qui ne sauront peut-être jamais
Que la terre était un jardin

Il y avait un jardin qu'on appelait la terre
Il brillait au soleil comme un fruit défendu
Non ce n'était pas le paradis ni l'enfer
Ni rien de déjà vu ou déjà entendu

Il y avait un jardin une maison des arbres
Avec un lit de mousse pour y faire l'amour
Et un petit ruisseau roulant sans une vague
Venait le rafraîchir et poursuivait son cours.

Il y avait un jardin grand comme une vallée
On pouvait s'y nourrir à toutes les saisons
Sur la terre brûlante ou sur l'herbe gelée
Et découvrir des fleurs qui n'avaient pas de nom.

Il y avait un jardin qu'on appelait la terre
Il était assez grand pour des milliers d'enfants
Il était habité jadis par nos grands-pères
Qui le tenaient eux-mêmes de leurs grands-parents.

Où est-il ce jardin où nous aurions pu naître
Où nous aurions pu vivre insouciants et nus,
Où est cette maison toutes portes ouvertes
Que je cherche encore et que je ne trouve plus.

domingo, 17 de septiembre de 2017

"Nubosidad variable"


La escena la recuerdo como si fuera ayer. A la mesa, con la familia a la hora de la comida del mediodía.. Los vasos con vino y sifón o agua de litines. Las paredes cubiertas de papel pintado. En la tele, en blanco y negro, por supuesto, el telediario. Aparecía una noticia sobre Bernardette Devlin, una activista  defensora de los derechos de los católicos de Irlanda del Norte. Poco a poco llegaban los deportes y entonces un periodista bajito, de voz aflautada y ataviado con una trenka, entrevistaba a pie de campo a Amancio que, sin ser Pau Gasol precisamente, le sacaba una cabeza. Este periodista no era muy famoso entonces, pero con el tiempo sería el sumo sacerdote de la radio deportiva, Jose María García, Supergarcía, el Butanito. 
 Y luego aparecía un señor de una seriedad a prueba de bomba pertrechado de un mapa y una especie de batuta. Y comenzaba a decir palabras, muy raras entonces pero que con el tiempo han ido haciéndose familiares a fuerza de sonar como una especie de mantra: “isobaras”, “anticiclón”, “altas presiones”, “nubosidad variable”... Yo me preguntaba, como si intentara descifrar un enigma imposible de resolver:¿Cómo contará los chistes este señor? Era Mariano Medina, el pionero de los “hombres del tiempo”.
 Luego comenzaba la telenovela, alguno de los infinitos capítulos de El Conde de Montecristo. Para entonces ya nos habíamos calzado las botas katiukas, y cubiertos con los impermeables, mis hermanos y yo enfilábamos el camino del colegio, Malecón adelante.

(Texto: © Mariano López A. Abellán)

domingo, 10 de septiembre de 2017

La Guerra de los Siete Años, la Guerra Mundial del Siglo XVIII


 La historia de Europa bien podría contemplarse como una sucesión de conflictos armados sin solución de continuidad. Una larga serie de guerras, desde tiempos inmemoriales, jalonan el devenir del continente, han delimitado fronteras, forjado  economías y conformado pueblos. Una complicada maraña de reclamaciones dinásticas y legitimidades irredentas, de juegos sinuosos de alianzas que implicaban mutuas y recíprocas defensas ante enemigos comunes que a su vez  habían firmado acuerdos con otros actores del escenario bélico continental dieron lugar a un estado permanente de hostilidades armadas, sin apenas interregnos pacíficos. Bien podemos decir que Europa, la vieja Europa, siempre se ha decantado más por Marte que por Venus.
 La Guerra de los Siete Años (1756-1763) fue una más de las infinitas disputas bélicas que asolaron Europa. ¿Cuál era el "casus belli"? A estas alturas da igual porque siempre habría habido algún motivo para cualquier conflagración. Resulta que en 1755 Gran Bretaña y Prusia firman el Tratado de Westminster. Esto implicaba el cierre del paso de tropas francesas por territorio prusiano. ¿Cómo respondió a ésto Francia? Pues aliándose con Austria y Rusia contra la potencia germánica y los ingleses. En Austria detentaba el poder la archiduquesa Maria Teresa I, madre de Maria Antonieta, la futura reina de Francia guillotinada durante la Revolución francesa. En Francia, Luis XV, abuelo del futuro rey Luis XVI, que terminaría desposado con la mencionada Maria Antonieta y como ella terminaría sus días en la guillotina.

[Ilustración: La batalla de Kolín (18 de junio de 1757)]
Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1685141


 La chispa estalla definitivamente cuando Prusia reclama a Austria que renuncie a Silesia, ésta se niega a dicha petición y Federico II lanza sus tropas contra Sajonia, aliada de los austriacos.
 Esta serie de movimientos desencadenó la implicación de prácticamente todas las potencias de la época, extendiéndose los escenarios bélicos a Norteamérica (donde se enfrentaron muy duramente ingleses y franceses, estos últimos alentando la independencia de las colonias británicas, los futuros EEUU) y otros territorios coloniales como Centroamérica, África, India y Filipinas  en una contienda que bien podría considerarse un muy anticipado ensayo preliminar de las dos grandes guerras mundiales del siglo XX.

 La primera pintura, María Teresa y Francisco de Lorena en su banquete de boda de Martin van Meytens (Estocolmo, Suecia, 16 de junio de 1695 - Viena, Austria, 23 de marzo de 1770) hace referencia al enlace matrimonial de Maria Teresa I de Austria con Francisco de Lorena. Esta soberana fue enconada enemiga de Federico II de Prusia, a quien describía como"ese hombre malo". Ambos fueron dos de los principales protagonistas de la Guerra de los Siete Años.  

 (Texto: ©2018 Mariano López A. Abellán)



jueves, 7 de septiembre de 2017

La hazaña del Real Murcia en el Bernabeu


En septiembre de 1973 el Real Murcia lograba una de las hazañas más sonadas de su historia. (Modesta y entrañable historia): Conseguía visitar el Bernabeu en partido de liga sin ser derrotado por el Real Madrid. Todo es relativo en esta vida y lo que para algunos es algo normal,  para otros -en el fútbol y en otros ámbitos de la vida también- puede ser algo grandioso. El caso es que yo me recuerdo ahora con el transistor y rodeado de algunos amigos, todos chavales de 15 o 16 años, siguiendo ese encuentro como si se tratara de la final de la Copa de Europa. Era de noche. Estábamos todavía en la playa (los pocos que quedábamos), aunque era septiembre y Murcia ya estaba con su feria. 

 En esta foto aparece una alineación tipo del Real Murcia de esa temporada, la 73-74. Es la siguiente: De pie, Ojeda, Ponce, José, Herrero, Ruiz Abellán y Canito; agachados, Añil, Murciano, Vera Palmes, Juárez y López

.Aunque esta formación difiere ligeramente con respecto a la que saltó al césped del Bernabeu y que era: Ojeda; Ponce, José, Pazos, Canito; Murciano, Vera Palmes, Ruiz Abellán; Casco, Juárez y Cristo.

 El periodista Manuel Carles, todo un referente de la prensa deportiva murciana,  escribía la siguiente crónica para La Verdad:

  «El Real Murcia, en el último minuto del partido, conquistó en el terreno del Real Madrid -abarrotado de público- el primer [y único hasta la fecha] punto positivo de su historia. Debió el empate a un penalti clarísimo de Verdugo a Juárez, cuando parecía que el 1-0 logrado por el equipo blanco en gol extraordinario de Óscar Mas -uno de los goles, en belleza, más fabulosos que ha logrado el Madrid desde hace tiempo, según se comentaba- era inamovible y el encuentro estaba sentenciado. Ya dábamos por bueno el 1-0, como derrota mínima y decorosa del Real Murcia, que había ofrecido enorme resistencia al Madrid, en el primer tiempo, para crecerse mucho tras el descanso, cuando se produjo el lance que vale al bando 'pimentonero' un valioso punto y un resultado 'sorpresa' cuando en el Bernabéu, debido al empate anterior del Castellón ya, cabe decir, 'llovía sobre mojado'. Así que la resignación por lo duro de pelar que fue el equipo murciano para un adversario como el Madrid, teóricamente uno de los máximos favoritos de l a Liga -con sus dos extranjeros, Netzer y Mas, en liza- cuando surgió el gol y con él, la actitud resignada de los muchísimos murcianos que hemos asistido al encuentro, se transformó en la primera gran alegría que el conjunto 'pimentonero' nos proporciona en su retorno a Primera División.»