sábado, 25 de noviembre de 2017

La Murcia de los 70. Los sábados por la tarde.



¿Alguien recuerda los BILLARES  ZUMETA de la PLAZA DE SANTO DOMINGO?
Los sábados por la tarde tenían el siguiente circuito: Nada más terminar de comer, café en el Hungaria. En plan tranquilo, había mucha tarde por delante. Y a continuación a los Zumeta. Este local de recreativos lo llevaban unos hermanos que tenían por apellido Palomares, según creo recordar.

  Allí,  para desengrasar, comenzaba uno con  la máquina de bolas, de flippers. La que más me gustaba, porque le tenía bien pillado el truco, era la "Rey de diamantes". El sonido seco y contundente que emitía cuando daba partida, junto con el café  que llevabas encima, te iba poniendo las pilas. Sabías darle los toques justos para que no te marcara “falta” y llevar la bola a los terrenos que te interesaban para marcar más puntos.
Cuando ya estabas un rato con la máquina y se iban juntando amigos comenzaban los torneos de futbolín. Los echábamos por parejas, defensa y delantera. Eran muy emocionantes, con piques y rivalidad, pero siempre con muy buen rollo. A veces llegábamos a la llamada “bola épica”. Los futbolines de los Zumeta eran muy modernos, tres defensas, tres medios y cuatro delanteros, a diferencia del esquema  2-3-5 de los clásicos.
Así iba transcurriendo la tarde. Anochecía y se iba acercando ya la hora de las tascas. Entonces emigrábamos todos juntos hacia el Yerbero y allí entre vinos, tapas y bromas  seguíamos pasando el sábado. Teníamos 14, 15, 16 años ...

 (Texto: © Mariano López A. Abellán)

jueves, 23 de noviembre de 2017

"Jerusalén Liberada" de Tasso: algunas manifestaciones artísticas.

   

 La “Jerusalen Liberada”, poema épico del genial y atormentado poeta Torcuato Tasso, una de las cumbres de la literatura italiana, generó infinidad de manifestaciones artísticas. Quedémonos por ejemplo en la vertiente musical con la gran ópera de Haendel  “Rinaldo” y esta magnífica y archifamosa aria: https://www.youtube.com/watch?v=G2rUEAyqpEM

 En lo pictórico el tema también dio muchísimo de sí. En esta obra de Nicolas Poussin vemos el amor entre contrarios y el amor no correspondido. El caballero cristiano  Tancredo, otro de los héroes de la obra junto con Rinaldo,  yace malherido tras su mortal combate con Argante. Herminia, sarracena,   encendidamente  enamorada de él, recorta su cabellera para limpiar la sangre de su amado. Pero éste no la ama. Su corazón pertenece a Clorinda, también sarracena, y a la que dará muerte en un trágico error que le hará sumirse en el más absoluto dolor cuando descubra las consecuencias de su acto.

Nicolás Poussin: Tancredo y Herminia, 1630, Museo Hermitage, San Petersburgo.

martes, 14 de noviembre de 2017

Murcia - Años 70: La librería Biblión de la calle Pascual.


 A primeros de los setenta (1971) estaba yo cursando  Literatura en 4-° de bachillerato. Cuando comenzaron las lecturas  de textos nos recomendaron la Colección Austral. Allí estaba todo. Tenía un fondo bibliográfico enorme. Se organizaba por colores según la temática. Gris para los clásicos. Azul para la novela. Morado para el teatro. Amarillo para libros de viajes. Verde para los ensayos etc, etc...
Investigando di con una librería que había en la calle Pascual, la misma donde estaba el estudio fotográfico Orga.  Enfrente más o menos de los almacenes Coy.  También creo recordar lejanamente que había en la misma acera una tienda de café, con molinillos eléctricos que no paraban de funcionar. 
Poco a poco fui organizando una biblioteca que  fue haciéndose hueco entre los cientos de tebeos que tenía del Capitán Trueno y del Jabato. 
Recuerdo que todo ese pequeño establecimiento lo llevaba un joven empleado muy nervioso, con aspecto muy vivo que -en esa época en que los datos no se almacenaban en un  ordenador- albergaba en su cabeza toda la información bibliográfica imaginable. Era impresionante la cantidad de datos sobre libros que manejaba. Sabía por donde circulaba cada volumen y te conseguía rápido el que no estaba. 
Allí me hice con el tiempo de un gran número de ejemplares de la Colección Austral. 
El joven empleado se llamaba, y se llama, DIEGO MARÍN. 

lunes, 13 de noviembre de 2017

500 años de Protestantismo. Las 95 tesis de Lutero. La Dieta de Worms.


  El pasado 31 de octubre se cumplieron 500 años de la presentación por parte de Martín Lutero de las llamadas "95 tesis". Este documento -muy crítico entre otras cosas con la práctica de la venta de "indulgencias" por parte del catolicismo y que el revolucionario fraile agustino clavó en la puerta de la iglesia del palacio de Wittenberg según la tradición- constituye el pistoletazo de salida del protestantismo.  A partir de ese momento la mecha estaba encendida y no dejó de arder. 

Interior de la catedral de Worms. Estilo tardorrománico. Iniciada en 1125.

En abril de 1521 Lutero era citado ante la Dieta de Worms -presidida por el joven y recién nombrado emperador de Sacro Imperio Romano Germánico Carlos V (del que se dijo que tras esa cita histórica pasó realmente de niño a hombre)- a fin de que se retractara de sus tesis. No sólo no se retractó sino que las defendió con aplomo, valentía y cargado de convicción. Aunque gozaba de un salvoconducto que tenía una validez de 20 días  para poder salir indemne de esa cita, ante el implacable Edicto de Worm que consideraba inocente a todo aquel ciudadano que matase a Lutero, su protector, el príncipe elector de Sajonia Federico III, simuló un secuestro después de que el religioso reformador saliera de la Dieta para ponerlo a salvo en el castillo de Wartburg  donde le prestó especial protección. Es en ese castillo donde Lutero inició la traducción de la Biblia al alemán, hecho que daría lugar a una auténtica cumbre  de las letras germanas, un monumento literario de referencia. 

(Texto: © Mariano López A. Abellán)

martes, 7 de noviembre de 2017

Años 70. El Real Murcia intenta fichar a un crack holandés y a otro alemán. Pero...



Curiosa esta imagen del Real Murcia. Acababa de abrirse la frontera para los jugadores extranjeros en la liga española. Dos por equipo. Y no había comunitarios porque entonces España estaba a años-luz de ingresar en lo que entonces se conocía como el Mercado Común y luego se llamaría la Unión Europea y no se había dado todavía la sentencia Bosman.
En esa época, primeros 70, los holandeses y los alemanes partían la pana. Sobre todo los equipos del Ajax y del Bayern de Munich. El Barça había fichado a Cruyff y al año siguiente se haría con Neskeens. El Real Madrid consiguió enrolar a los alemanes Netzer y Breitner. 
Pues bien, el Real Murcia creyó conveniente buscar en los mismos caladeros donde habían pescado los dos grandes y puso la vista en Holanda y en Alemania también. Lo que pasa es que como luego veremos no fueron precisamente unos cracks los dos primeros extranjeros que aterrizaron por aquí. 
La expectación fue enorme al principio porque en esa época a los futbolistas alemanes u holandeses los veíamos como si fueran de otra galaxia. 
Yo asistí a su presentación en la Condomina y los recuerdo sin ningún valor deportivo añadido con respecto a sus compañeros españoles. 
Se trataba de un delantero holandés, Van Dijk, que fue presentado en la prensa como si fuera un fenómeno. Le decían el "tercer tulipán" (se supone que los otros dos eran Cruyff y Neskeens, claro). Pasado de kilos, lento y muy lejos de su mejor forma era totalmente prescindible. Pero bueno, era holandés y eso parecía que era un plus que no se podía discutir. 
El otro era un guardameta alemán llamado Elting que fue anunciado ostentosamente como "el cancerbero de Baviera". En esa época había un portero muy famoso en la selección alemana y en el Bayern de Munich que se llamaba Sepp Maier, también bávaro. El que fichamos evidentemente no estaba a su altura. Tampoco es que fuera un desastre absoluto pero no aportaba nada que no hubiera aportado cualquier pasable guardameta nacional. 
Y ese fue el intento, fallido, del club grana por hacerse con dos jugadores que marcaran diferencias.
En la foto, de uno de los mejores equipos del Real Murcia de la historia, Van Dijk es el que ocupa el lugar del delantero centro. Los buenos aficionados de esa época seguro que recordareis al resto de los jugadores.
(Texto: Mariano López)

lunes, 6 de noviembre de 2017

P.G. Wodehouse, creador de Jeeves.


 ¿Alguien ha leído a P. G. Wodehouse (1881- 1975)? Yo lo  descubrí hace un montón de años siendo un crío porque mi padre pidió un libro suyo al  Círculo de lectores. Era un escritor británico cuya obra más popular está constituida por  una serie de relatos humorísticos ambientados en la época eduardiana.  Estos narran  las aventuras y peripecias de un joven aristócrata zángano y zascandil, Bertie Wooster, cuyos mayores apuros pueden llegar a consistir en salir airoso de algunas encerronas que perpetra contra él su malhumorada tía Ágatha  con el objeto de que siente cabeza y se case con alguna chica  de la alta sociedad.
  Bueno, las situaciones con las que se enfrenta, los líos en que se mete son de este tenor aunque no siempre tenga que andar por medio tía Ágatha ni conlleven un paso por el altar para desposarse. A veces su problema  también puede estribar, por ejemplo,  en que se haya enamorado de alguna muchacha y tenga que competir en desventaja con algún rival cuyas incontestables bazas, según analiza el pobre Bertie, vienen dadas porque su competidor está convaleciente (lo cual despierta la atención y el instinto maternal de la bella pretendida) y  encima "tiene el cabello ondulado". Como vemos, problemas de una gran trascendencia. Aunque normalmente todo se resuelve al final  en el sentido que en realidad desea el joven aristócrata cual es llevar una vida de solterón despreocupado que queda con los amigotes en el club para almorzar mientras hablan de carreras de caballos y bellas mujeres. No son problemas existenciales ni metafísicos precisamente. Lo que pasa es que Wodehouse dibuja todas estas situaciones con una sonrisa y nos transmite la sensación de que el humor todo lo redime y da sentido a nuestra vida de lectores. 
  Pero el auténtico protagonista de estas historias no es el joven Bertie sino su mayordomo Jeeves.  Las tramas de estos relatos, muy ingeniosas en general,  se enredan siempre de tal manera que al frívolo y atolondrado joven lo llevan indefectiblemte a un callejón sin salida del que lo rescatan el ingenio y la enorme inteligencia de su flemático ayuda de cámara. Éste, hermético, parco en palabras, insondable, dispone siempre al final las finas estrategias que ha de seguir su señor para salir del enredo. Es curioso porque en un tipo de narrativa tan aparentemente clasista y alejada de la crítica social se nos estaría mandando el subliminal mensaje de que la profundidad, la agudeza y el análisis racional   los ostenta el mayordomo en claro contraste con el cabeza de chorlito de su amo.
 Bueno, se trata de una literatura amable, que recrea con un humor muy fino pero sin apenas ánimo de crítica las vicisitudes de personajes de la alta sociedad inglesa de la época cuyas vidas transitan en medio de la más absoluta superficialidad y frivolidad. Pero es también una literatura optimista que rezuma ingenio, humor de media sonrisa e inteligencia.
(Texto: © Mariano López A. Abellán)